La Astrología es también donde se originan las más diversas interrogantes espirituales, es decir, cómo estos Cuerpos Celestes podrían definir nuestro destino e influir sobre las personas.
Más recientemente, la observación directa de los Cuerpos Celestes se ha reemplazado por el estudio de las Tablas Astronómicas, que muestran, meticulosamente, la posición de cada Cuerpo Celeste en el momento y la hora precisa del nacimiento. Lo anterior permite establecer la posición del Sol, la Luna, los distintos Planetas, la Osa Mayor y la Osa Menor, Casiopea, Sirio y demás estrellas en el momento del nacimiento de una persona. Esto es lo que los astrólogos modernos llaman Carta Astral, expresión esta que se ha generalizado y popularizado, y no siempre reviste la misma exactitud.
En Astrología, como en las ciencias exactas, hay que proceder con sistematicidad. Así lo primero es determinar la posición del Sol en el firmamento en el momento exacto del nacimiento de la persona. De aquí se derivan en primer lugar la ubicación del Sol en su posición astronómica. Subrayo la posición astronómica para distinguirla de la posición en el signo astrológico, es decir, en cada uno de los 10 símbolos (representados por animales) que se denominan Signos del Zodíaco (Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Sagitario, Escorpio, Capricornio, Acuario, Piscis. En realidad, a cada uno de estos signos se le asigna un significado genérico que hay que tener en cuenta al iniciar el análisis de la Carta Astral. Este significado “genérico” es válido para todos los nacidos bajo este signo, aunque se modifica según la posición exacta del Sol y de los Planetas en el momento de nacimiento. Tanto es así que se ha generalizado la expresión “yo soy libra” “yo soy sagitario”, etc con lo cual lo único que se expresa es que nació bajo la influencia “genérica” de estos signos, sin tener en cuenta las decenas de influencias sobre este, como veremos más adelante, que se derivan de la posición relativa de un signo con respecto al otro y de los planetas que se hallan en ese signo al momento de nacer. Todo eso de conjunto suele determinar, aunque no de forma absoluta, el “destino” de cada individuo revelado a través de la Carta Astral.
Otro elemento a tener en cuenta son los aspectos astrológicos, los que se corresponden a las distancias que existen entre dos o más planetas e indican cómo se relacionan diferentes facetas de nuestra vida Por aspectos astrológicos entendemos: oposición (180o), conjunción (0o), sextil
(60o), trígono (120o) y cuadratura (90o). Las posiciones relativas entre los distintos astros también pueden ser negativas como la oposición o positivas como el trígono.
Es fácil advertir las múltiples combinaciones que se derivan de los astros y de los signos. Pero se equivocan quienes piensan que ya con esto se ha agotado el campo de la astrología, pues queda un gran camino por explorar: las casas que de conjunto, conforman el gran edificio celeste de las Casas. Porque independientemente de los signos, aunque relacionados con ellos, existen estructuras celestes, llamadas Casas (doce divisiones de la esfera eliptica) que albergan en distintas épocas del año los correspondientes planetas y que se corresponden cada una de ellas a un signo del zodiaco diferente. Así por ejemplo no es lo mismo haber nacido con el Sol en Aries en la Casa primera, que haber nacido en ese mismo signo de Aries pero a una hora que corresponde al paso de otro planeta por esta misma casa y así sucesivamente.
Esto tiene un significado astrológico pero también un significado astronómico, es decir, válidos para los astrónomos y digamos, para los marinos, que de acuerdo a donde ven la estrella Sirio calculan la hora de la noche y calculando la hora de la noche pueden calcular la distancia que la separan de un punto determinado, es decir, establecían la equivalencia de la distancia y el tiempo.
Lo dicho hasta ahora sirve en primer lugar para mostrar la relatividad del conocimiento astrológico, el juego de los signos y las Casas, el alternar de las estrellas y los Planetas, en constante movimiento, y la infinita variedad a que todos estos elementos dan lugar.